
El periódico 20 minutos es un diario de distribución gratuita que se reparte en toda España. Los artículos que trae no son muy profundos, son casi reseñas de las noticias que publican los grandes de la prensa española como El País o ABC. Sin embargo tiene una gran circulación, mas de dos millones de lectores diarios, especialmente los jóvenes, que no tienen el euro y tanto que cuestan los otros.
El fenómeno de los diarios de distribución gratuita comenzó hace unos diez años en Suecia, poco a poco se fue expandiendo al resto de Europa y Estados Unidos hasta que a comienzos de éste siglo hizo temblar a los poderosos medios escritos. Muchos de ellos, como el Washington Post, no tuvieron otra alternativa que sacar sus propias ediciones gratuitas. Esperemos que pronto reaparezcan en nuestro país, y en la amada Bogotá, los diarios de distribucion gratuita, los cuales tuvieron una vida efímera en nuestra ciuidad hace unos cuantos años.
La nostalgia, o mejor dicho, la saudade de Bogotá me ha atacado sin compasión en éstos días. Me hace falta aquí un traguito de guaro, para paliar este frío tan macho que está haciendo y sobre todo me hace falta su poética, su noche misteriosa y su deliciosa baretica. Por aqui he conseguido hachís, que está bien, pero no es lo mismo que la bareta de mi tierra, ya que el hachís hay que fumarlo mezclado con tabaco y eso si que acaba los pulmones. La nostalgia y algo que siento, que no se que és, me han hecho sacarle el cuerpo a la rumba, a la que soy asiduamente invitado por los amigos colombianos que me he rencontrado aquí en Madrid después de algunos años. Eso no quiere decir que no haya rumbiado, eso sí, cómo no, lo he hecho con todos la desmesura posible, además que la rumba madrileña es bien bacana, pero entre semana he preferido irme a mi casa y no salir hasta el día siguiente, cuando, muy temprano, antes de que salga el sol, salgo a caminar rumbo a mi trabajo (éste atractivo tema, el de la rumba madrileña y la rumba bogotana es algo que merece también su propio post). Me he dedicado, en mi encierro voluntario, como buen pirata, a navegar por la red, tal como lo hacía en Bogotá en el cómodo apartamento donde vivía (también extraño eso, el maravillosos apartamento donde vivía y mi biblioteca, cómo no).
Navegando me encontré con la página web de 20 minutos, que está muy bien, mírenla http://www.20minutos.es. Lo más interesante que tiene es la promoción de los blogs, que acá en España son un fenómeno impresionante. En Colombia los amantes de los blogs aún somos una pequeña minoría que de vez en cuando es reseñada, con miedo, por los grandes medios escritos, tal vez temerosos de perder la focalización de los lectores colombianos, que poco a poco se van hartando de la censura mediática reinante en nuestro país. Que poco a poco nos vamos hartando de tanta güevonada escrita, de que siempre salgan los mismo diciendo las mismas babosadas, las mismas estupideces y de que el periódico nacional sea un pastiche como El Tiempo (los que conocen el diario El País de España saben porqué lo digo, tema que amerita un futuro post).
Los grandes medios de comunicación colombianos están perdiendo su hegemía gracias a la masificación de internet, en especial los colombianos más jóvenes (y sobre todo los bogotanos, de lejos, por supuesto) están creando nuevas redes de comunicación que están desafiando el discurso oficial mediático. Felizmente en el futuro serán mayoría y serán esas generaciones de colombianos los que transformen, algún día, nuestra agobiante realidad.
El periódico 20 minutos organizó el concurso Premios 20 blogs el año pasado y con certeza lo harán éste año. Navegando por las secciones del concurso miré, por supuesto, la sección de blogs eróticos. Me encontré con este impresionante blog, el Diario de una tigresa, escrito por una mujer:
Me sorprendió, porque aunque las madrileñas son bastante menos serias y frías que la mayoría de las españolas, están muy lejos del modelo cachondo que muchos nos construímos en la cabeza luego de tanto ver las películas de Almodóvar. Y la chica que escribe éste blog, Sira X, si que es cachonda, escribe bien cachondo o mejor dicho, escribe con fuego en sus palabras, y en su cuerpo, por supuesto. Sorprende, además, frente a muchos de los blogs eróticos, escritos por mujeres, por su postura frente al género masculino, agresiva, enarbolando en todo su esplendor la consabida (y poco comentada y experimentada por las bogotanas y colombianas) superioridad femenina en el sexo. No sólo está despojada de la frialdad de la mujer madrileña (que como dije antes, es menos fría que las demás españolas) sino que, desde luego, para un lector bogotano como yo, es evidente que está despojada de la mojigatería y doble moral colombiana (y bogotana, hay que decirlo, muy arraigada en el género femenino además) que con certeza heredamos del ancestro español.
Y escribe bien, mucho mejor que putonas declaradas como Isabela Santodomingo o la Azcárate, cuyo ingenio sólo las lleva a escribir tontos apuntes sexuales en los cuales se limitan a criticar el motel al que las llevan o al que no las deben llevar los yuppies que se las quieren follar. Pero jamás abordan el tema tal cual es: el sexo en su dimensión física, corporal, erótica. La mojigatería no las deja.
La carga erótica de las palabras de Sira y la forma como narra sus experiencias, que develan sin intelectualismo alguno la experiencia del sexo en éstos tiempos posmodernos, son potentes, eróticos al extremo. Tanto que me sentí excitadísimo, y me motivó a salir de nuevo, a dejar a un lado éste encierro, a salir de ligue como dicen aquí, a ver si de repente me la topo por ahí en un bar, y tal vez, porqué no, termine con ella. Sería buenísimo.
Los invito y las invito a que lean éste blog, se exciten, eroticen, experimenten, se liberen y vivan el poder erótico de las palabras. Saludos.
El fenómeno de los diarios de distribución gratuita comenzó hace unos diez años en Suecia, poco a poco se fue expandiendo al resto de Europa y Estados Unidos hasta que a comienzos de éste siglo hizo temblar a los poderosos medios escritos. Muchos de ellos, como el Washington Post, no tuvieron otra alternativa que sacar sus propias ediciones gratuitas. Esperemos que pronto reaparezcan en nuestro país, y en la amada Bogotá, los diarios de distribucion gratuita, los cuales tuvieron una vida efímera en nuestra ciuidad hace unos cuantos años.
La nostalgia, o mejor dicho, la saudade de Bogotá me ha atacado sin compasión en éstos días. Me hace falta aquí un traguito de guaro, para paliar este frío tan macho que está haciendo y sobre todo me hace falta su poética, su noche misteriosa y su deliciosa baretica. Por aqui he conseguido hachís, que está bien, pero no es lo mismo que la bareta de mi tierra, ya que el hachís hay que fumarlo mezclado con tabaco y eso si que acaba los pulmones. La nostalgia y algo que siento, que no se que és, me han hecho sacarle el cuerpo a la rumba, a la que soy asiduamente invitado por los amigos colombianos que me he rencontrado aquí en Madrid después de algunos años. Eso no quiere decir que no haya rumbiado, eso sí, cómo no, lo he hecho con todos la desmesura posible, además que la rumba madrileña es bien bacana, pero entre semana he preferido irme a mi casa y no salir hasta el día siguiente, cuando, muy temprano, antes de que salga el sol, salgo a caminar rumbo a mi trabajo (éste atractivo tema, el de la rumba madrileña y la rumba bogotana es algo que merece también su propio post). Me he dedicado, en mi encierro voluntario, como buen pirata, a navegar por la red, tal como lo hacía en Bogotá en el cómodo apartamento donde vivía (también extraño eso, el maravillosos apartamento donde vivía y mi biblioteca, cómo no).
Navegando me encontré con la página web de 20 minutos, que está muy bien, mírenla http://www.20minutos.es. Lo más interesante que tiene es la promoción de los blogs, que acá en España son un fenómeno impresionante. En Colombia los amantes de los blogs aún somos una pequeña minoría que de vez en cuando es reseñada, con miedo, por los grandes medios escritos, tal vez temerosos de perder la focalización de los lectores colombianos, que poco a poco se van hartando de la censura mediática reinante en nuestro país. Que poco a poco nos vamos hartando de tanta güevonada escrita, de que siempre salgan los mismo diciendo las mismas babosadas, las mismas estupideces y de que el periódico nacional sea un pastiche como El Tiempo (los que conocen el diario El País de España saben porqué lo digo, tema que amerita un futuro post).
Los grandes medios de comunicación colombianos están perdiendo su hegemía gracias a la masificación de internet, en especial los colombianos más jóvenes (y sobre todo los bogotanos, de lejos, por supuesto) están creando nuevas redes de comunicación que están desafiando el discurso oficial mediático. Felizmente en el futuro serán mayoría y serán esas generaciones de colombianos los que transformen, algún día, nuestra agobiante realidad.
El periódico 20 minutos organizó el concurso Premios 20 blogs el año pasado y con certeza lo harán éste año. Navegando por las secciones del concurso miré, por supuesto, la sección de blogs eróticos. Me encontré con este impresionante blog, el Diario de una tigresa, escrito por una mujer:

Y escribe bien, mucho mejor que putonas declaradas como Isabela Santodomingo o la Azcárate, cuyo ingenio sólo las lleva a escribir tontos apuntes sexuales en los cuales se limitan a criticar el motel al que las llevan o al que no las deben llevar los yuppies que se las quieren follar. Pero jamás abordan el tema tal cual es: el sexo en su dimensión física, corporal, erótica. La mojigatería no las deja.
La carga erótica de las palabras de Sira y la forma como narra sus experiencias, que develan sin intelectualismo alguno la experiencia del sexo en éstos tiempos posmodernos, son potentes, eróticos al extremo. Tanto que me sentí excitadísimo, y me motivó a salir de nuevo, a dejar a un lado éste encierro, a salir de ligue como dicen aquí, a ver si de repente me la topo por ahí en un bar, y tal vez, porqué no, termine con ella. Sería buenísimo.
Los invito y las invito a que lean éste blog, se exciten, eroticen, experimenten, se liberen y vivan el poder erótico de las palabras. Saludos.