Le dimos el trago, se lo tomó saboreándolo, sonrió y sacó un libro grueso del bolsillo: una Biblia. Dentro, como separadores de páginas, tenía recortes de imágenes que repartió entre nosotros. Las imágenes eran parecidas a éstas:
PORTA AVIONES HARRY TRUMAN
Imagen tomada de:
http://www.portierramaryaire.com/arts/cvn_1.php
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PORTA AVIONES CHESTER W. NIMITZ
Imágenes tomadas de:
http://web.ukonline.co.uk/aj.cashmore/usa/carriers/nimitz/pictures.html
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http://web.ukonline.co.uk/aj.cashmore/usa/carriers/nimitz/pictures.html
Nos leyó, en voz alta y muy despacio, éste versículo del Apocalipsis:
"Y yo me paré sobre la arena del mar, y vi una bestia subir del mar, que tenía siete cabezas y diez cuernos; y sobre sus cuernos diez diademas; y sobre las cabezas de ella nombre de blasfemia.
Y la bestia que vi, era semejante á un leopardo, y sus pies como de oso, y su boca como boca de león. Y el dragón le dió su poder, y su trono, y grande potestad.
Y vi una de sus cabezas como herida de muerte, y la llaga de su muerte fué curada: y se maravilló toda la tierra en pos de la bestia." Apocalipsis (13, 1-3)
"Eso fue lo que vio el apóstol cuando escribió el apocalipsis", nos dijo. Conversamos un rato, el hombre sabía mucho de armas porque estuvo en el ejército. Luego se levantó la camisa y nos mostró una cicatriz en el tórax: un balazo que le habían dado en combate, en el Caquetá. Poco después se fue, con un cuarto de guaro que le invité.
Que locura este mundo.
Llegué aquí vía la recomendación de Marsares en el blogday. (aunque creo haber pasado antes por acá).
ResponderBorrarMuy justa la mención. Un blog que quiero volver a visitar y que voy a enlazar.
Saludo muy cordial.
Con un cuarto de aguardiente encima, cualquiera puede tener visiones apocalípticas en segundos. ;)
ResponderBorrarEs verdad. Pero tampoco me parece descabellada la interpretación.
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