Domingo, 18 de diciembre de 1988.
5:29 de la tarde.
El Barrio Ricaurte está paralizado. La gente se aglomera en las calles. De las ventanas de las casas sale el sonido de los televisores y la radio, que retumba en las calles junto con la algarabía de la gente en las tiendas. El partido del Junior contra Millonarios, en Barranquilla, está a punto de terminar. En Bogotá, el Independiente Santafé mantiene el empate con el Atlético Nacional. Un golecito de Millonarios nos dará la treceava estrella.
El gol en Barranquilla no llega y el partido acaba. En Bogotá se juegan los últimos minutos. Si Nacional marca es campeón. Irónicamente los hinchas de Millonarios tenemos que hacer fuerza por Santafé, nuestro rival de patio. Los minutos son eternos. De repente se escucha un pitido y en el barrio resuena un grito de euforia: Santafé ha empatado con Nacional y Millonarios es de nuevo campeón. Las calles se llenan de gente que sale a celebrar. Yo me abrazo con mi tío y con mis amiguitos. Todos en el Barrio Ricaurte saltamos y gritamos, llenos de alegría "Campeón, Millos campeón". Eufóricos hacemos la cuenta de los títulos ganados por el más veces campeón de Colombia: "Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez, once, doce, ¡trece!" Hemos llegado a trece estrellas, trece campeonatos. "¡¡Trece, trece, trece!!", gritamos los pelaos. "¡¡¡¡Trece, 13, 13, 13, 13, 13, 13...!!!!!. ", número de la suerte. Trece, número maldito para Millonarios.
18 de diciembre de 2008
Mañana 18 de diciembre se cumplen 20 años del último título colombiano ganado por el Club Deportivo Los Millonarios. Veinte años del bicampeonato maldito que echó la corrosiva sal de la corrupción y el narcotráfico sobre nuestro glorioso club, por el que han pasado los grandes jugadores colombianos de todos los tiempos: Willington Ortiz, Carlos El Pibe" Valderama, René Higuita, Delio Gamboa, Otoniel Quintana, Alejandro Brand, etc, etc, y uno de los tres grandes del fútbol mundial: Alfredo Di Stéfano. Millonarios de Bogotá fué el primer club colombiano en ganar un título internacional, y es el único equipo colombiano que tiene una placa en Europa, en el estadio Sánchez Pizjuán del Sevilla.
Éste pasado glorioso se empañó con la llegada de los narcos a la directiva del equipo encabezados por Edmer Tamayo Marín, en 1983. En aquellos años Millonarios pasaba por una grave crisis económica y muchos de los dueños de las acciones se vieron obligados a venderlas a los "nuevos ricos" de entonces: lo narcos, que por aquellos días empezaron a ser aceptados en los altos círculos sociales, se codeaban con políticos y empresarios, y aportaban jugosos rendimientos a los capitales de las familias mas adineradas y de los apellidos mas rancios y distinguidos de la sociedad colombiana.
Los narcos se apoderan del fútbol colombiano.
Millonarios no fue el único de los grandes equipos del Fútbol Colombiano en caer en manos de los narcos. El América de Cali por entonces ya llevaba algunos años en las manos de los narcotraficantes vallunos, los hermanos Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela, que gracias a la plata del narcotráfico habían empezado a comprarle campeonatos sin la menor verguenza a "La Mechita" y a llenar de estrellas su corrupto escudo. El Atlético Nacional de Medellín había sido el pionero en tener entre sus dueños a los narcos, con el trístemente célebre Hernán Botero y sus sucesores, socios y testaferros de Pablo Escobar.
Los títulos de Millonarios de 1987 y 1988 fueron ganados bajo la sombra del juego sucio, la corrupción, la compra de partidos y jugadores, y las amenzas a los árbitros. Atlético Nacional, América de Cali y Millonarios de Bogotá se empecinaron en una desaforada lucha para ganar campeonatos a cualquier precio. La forma descarada como el América ganó los campeonatos de 1985 y 1986, ganando muchos partidos con los famosos "goles de penalty a los 45 minutos del segundo tiempo", y con los árbitros cargados a su favor sin el más mínimo recato, desató una competencia feroz entre los dueños en las sombras de éstos equipos en los campeonatos de los años siguientes, que concluyó con el asesinato del árbitro Álvaro Ortega, en Medellín, a finales de 1989, hecho por el cual ese año se canceló el campeonato de fútbol en Colombia.
Una vez leí en una Revista Cromos que el dueño de Millonarios en ese momento, el narcotraficante Gonzalo Rodríguez Gacha, había pagado cinco campeonatos para Millitos y sólo le habían dado dos, burlado por los Hermanos Rodríguez Orejuela, que tenían muchísimos amigos en el mundo del futbol. Muchos de éstos dirigentes aún hoy en día son dirigienes de equipos de fútbol y algunos hasta son dirigentes de la Federación Colombiana de Fútbol, como el Presidente de la Difútbol, Alvaro González, quien era el encargado de sobornar a los árbitros a nombre de los Rodríguez Orejuela. Al parecer, gracias a las argucias del técnico albiazul, Luis Augusto "El Chiqui" García, se logró la compra de árbitros y jugadores de los equipos rivales, ganándole el pulso a Alvaro Gonzalez.
De éstos tres equipos, América de Cali, Atlético Nacional de Medellín y Millonarios de Bogotá, fue mi adorado Millitos el que llevó la peor parte con la muerte de los primeros grandes narcos. América siguió bajo la égida oscura de los Rodríguez Orejuela, que siguieron comprándole campeonatos sin cesar; los dueños oscuros de Nacional, ahora bajo protección de los PEPES, también pudieron burlar los controles oficiales y mantener el equipo y comprar campeonatos, y luego vender el equipo a otro oscuro, el industrial Ardilla Lulle, que también le ha metido sus pesos a los árbitros. Millonarios, infelizmente, quedó en manos de testaferros y viudas de narcos y de una suerte de dirigentes que no han hecho mas que exprimir las arcas del equipo, a costa de la sufrida hinchada albiazul, la mayor hinchada de éste país.
Francisco Feoli, Jorge Franco y Luis Augusto "El Chiqui" García
Desde 1990 han desfilado por la junta directiva de Millonarios algunos de los más mediocres dirigentes y mayores corruptos del mundo de fútbol colombiano, hampones, doblemente mediocres, ladrones de cuello blanco entre los que se destacan tres personajes oscuros: Francisco Feoli, Jorge Franco y allí agazapado, Luis Augusto "El Chiqui" García.
Cada uno de ellos tiene en su haber buena cuota de la responsabilidad de que Millonarios no hubiera ganado campeonatos en los últmos 20 años. Cada uno de ellos ha sacado una buena tajada del equipo, se han llenado los bolsillos con la contratación de futbolistas dudosos y la venta, a precio de feria, de las grandes promesas surgidas de las divisiones inferiores.
En la etapa de Feoli los sufridos hinchas creímos que nada superaría el descaro de éste dirigente, que llenó el equipo de paquetes como Norberto Ortega Sánchez, Cuffaro Russo, Peter Mendes y la "gran promesa" Juan Carlos Niño. De esa etapa se salva el subcampeonato de 1994, campeonato ganado por Nacional.
Feoli robó hasta donde pudo y el equipo empezó a frecuentar el sótano de la tabla. En 1996 Jose María León asumió la Presidencia de Millonarios y la esperanza renació. Contábamos con un equipo de jugadores que prometía un futuro lleno de estrellas, como Fredy "El Muelas" León, John Mario Ramírez, y el gran jugador argentino Ricardo Lunari. En ese campeonato de 1996 fuimos los mejores en la final pero perdimos el campeonato con el Deportivo Cali, por un punto de bonificación y porque el Cali había sido el mejor en la reclasificación.
Al año siguiente, con la salida de Ricardo Lunari, el equipo se cayó y volvimos a frecuentar el sótano de la tabla. La contratación del técnico Francisco Maturana fue tan sólo una fugaz ilusión y Millonarios siguió cayendo en las plazas colombianas. De ésta etapa con León quedaron, sin embargo, unas divisiones inferiores organizadas de la que empezaban a surgir buenos jugadores. Sin embargo, no nos habíamos logrado librar de los dirigentes hampones.
En 1999 se logró exporpiar las acciones de Millonarios que estaban en manos de los narcos y sus testaferros. Poco a poco la institución empezaba a limpiar su nombre. A pesar de ésto, el descaro de Francisco Feoli fue ampliamente superado con la llegada de Jorge Franco a la Presidencia de Millonarios, también en 1999. En un momento en que el trabajo en las divisiones inferiores de Millonarios, impulsado por el anterior presidente, Jose María León, empezaba a dar sus frutos y surgía una prometedora generación de jugadores, que venían arrasando en todos los campeonatos de todas las categorías, los hinchas albiazules llegamos a ilusionarnos con una nueva y laureada etapa.
A finales del nuevo milenio Millonarios tenía una nómina deslumbrante con jugadores como Cristian Shomberger, Andrés Pérez, y la gran estrella de los últimos años: Andrés Chitiva. Infelizmente con la llegada del "Chiqui" García a la dirección técnica los sueños de un presente glorioso se desvanecieron.
A pesar del fútbol mediocre que practican los equipos de "El Chiqui" García, cuando permitía que las promesas de las inferiores jugaran juntos, Millonarios bailaba al equipo que le pusieran en frente. Los hinchas albiazules presenciamos y disfrutamos momentos de gran fútbol y excelente juego de nuestro equipo. Volvimos a vivir con claridad el sueño de la gloria futbolística. Todo era cuestión de tiempo para que ésta gran tripleta: Chitiva, Shomberger y Pérez se consolidara y diéramos de nuevo la vuelta olímpica.
Para los que quieran ver a éste maravilloso equipo en acción, a continuación pongo éste video, de la inolvidable tarde del 3 de mayo del 2001, cuando Millonarios derrotró 4 a 3 a Nacional en el Campín con una inmensa actuación de Andrés Chitiva:
MILLONARIOS 4 - NACIONAL 3
ESTADIO EL CAMPIN
3 DE MAYO DE 2001
ANDRES CHITIVA EN ACCION
Sin embargo el sueño pronto se desvaneció. Una vez ganada la Copa Merconorte en el año 2001, modesto título que presagiaba grandes logros en el futuro, entre Luis Augusto "El Chiqui" García y el presidente Jorge Franco desmantelaron el equipo, empezaron a vender a precio de ganga a nuestros mejores valores, echandose al bolsillo de forma escandalosa jugosas comisiones por la venta de estos jugadores. El mayor descaro fue la venta de Andrés Chitiva, regalado al Pachuca de México por 400.000 dólares, que en aquel momento representaban unos 800 millones de pesos. De esos 800 millones de pesos, Jorge Franco se apropió de 400 millones, argumentando que correspondian a "la comisión" por la venta del jugador, de la que también sacó su tajada "El Chiqui" García.
Los hinchas creímos que con la salida de Franco las cosas mejorarían, y que con un nuevo impulso en las divisiones inferiores pronto Millonarios volvería a la gloria. El fervor de los hinchas que acudíamos en notable cantidad a los partidos nos hizo creer que estábamos ante un nuevo comienzo. Pero no fue asi. Franco le vendió las acciones al "Chiqui" García y así se terminó de joder el equipo.
Por eso, con todo el dolor de mi alma de hincha albiazul, y con lágrimas en los ojos, los hinchas de Millonarios les dedicamos y cantamos éste canto a los corruptos que se han robado y se siguen robando a Millonarios.
SENTIMIENTO MILLONARIOS
CANTO DEDICADO A JORGE FRANCO, LUIS AUGUSTO "EL CHIQUI" GARCIA, A JUAN CARLOS LOPEZ, PRESIDENTE DE MILLONARIOS, Y A TODA LA DIRECTIVA DE MILLONARIOS
De derrota en derrota hasta el lamentable presente
Ya son veinte años sin ganar un campeonato. Es decir, los miles de jóvenes hinchas de Millonarios de veinticinco años para abajo no saben lo que es celebrar un título, jamás han visto a su equipo dar una vuelta olímpica. Esto es triste y lamentable.
En éstos últimos años "El Chiqui" García, que no sale de las instalaciones del club, al que considera "de su propiedad" ya que es su mayor accionista, se ha encargado de torpedear cualquier intento de reforma o reestructuración. El actual presidente de Millonarios, Juan Carlos López, expolítico como lo era Jorge Franco, es una marioneta del "Chiqui" García, a cuenta de llenarse los bolsillos con las transferencias de jugadores.
Las divisiones inferiores de Millonarios desaparecieron y ahora están en sus manos, a cargo de su "escuela de fútbol", por la cual Millonarios le paga al menos 15 millones de pesos mensuales. ¿A cambio de que?. A cambio de nada, porque de la tal escuela de fútbol del Chiqui García no a salido ni un sólo jugador que valga la pena.
No deja de ser una ironía que el técnico que logró los dos últimos títulos de Millonarios sea hoy en día el cáncer que está acabando con ésta querida institución. Los dos campeonatos logrados bajo su dirección técnica, en una época oscura para el fútbol colombiano, se han convertido en dos campeonatos malditos, porque desde entonces este nefasto personaje, Luis Augusto "El Chiqui" García no se va de Millonarios.
Porque el "Chiqui" García se ha encargado de impedir que los técnicos que han llegado triunfen o generen un proceso futbolístico que lleve a Millonarios a la cumbre. Como sucedió con el técnico Juan Carlos Osorio, técnico que el "Chiqui" García calificaba como "un recreador de jugadores" y cuyo trabajo se encargó de obstaculizar y torpedear. Ese "recreador" ha sido el único técnico que ha clasificado dos veces a Millonarios a las finales y lo ha tenido al borde de la clasificación de la Gran Final, ocasiones en que, extrañamente, el "Chiqui" García ha aparecido rondando los hoteles de las concentraciones, y hablando con los jugadores, que, misteriosamente, al día siguiente se dejaban derrotar.
Entre la hinchada se sabe que Luis Augusto "El Chiqui" García manipuló y compró a los jugadores, con dinero y promesas, si impedían que Osorio ganara un título con Millonarios. Juan Carlos Osorio siempre fue una molestia porque jamás se dejó imponer los jugadores de la cuerda de "El Chiqui" García ni pedía los jugadores que "El Chiqui" quería, y por los cuales éste personaje, "El Chiqui", recíbía comisiones. Después de Osorio solo han venido técnicos manipulables con grandes fracasos como resultado.
Hoy estamos de nuevo eliminados de la final. A los errores del técnico Héctor Quintabani, que se le ocurrió poner al arquero Oscar Córdoba, que provenía del Deportivo Cali con un record nefasto (cuando contábamos con un gran y jóven arquero que estaba en gran forma: José Cuadrado), hay que sumar la racha de "errores" arbitrales y la falta de jugadores con verdadero amor a la camiseta. Millonarios se ha convertido en un refugio de jugadores mercenarios, que en el pasado brillaron en otros equipos, y que llegan a Bogotá a ganarse salarios astronómicos y a posar de figuras.
De las divisiones inferiores nada se puede decir, salvo que no existen. Millonarios está a punto de dejar de ser "El equipo más veces campeón del Fútbol Colombiano", la gloria se diluye en el recuerdo mientras dirigentes como Juan Carlos López o Luis Augusto "El Chiqui" García se siguen llenando los bolsillos.
Los Comandos Azules y las barras: tras de cagados, meados.
Desafortunadamente la crisis del equipo también ha tocado a los Comandos Azules y a las barras aledañas. En lugar de organizarse como barra, crear cantos propios y una identidad como hinchada albiazul, los Comandos Azules y las barras aledañas se han limitado a copiar los cantos argentinos y a hacer de la violencia la única expresión de apoyo al equipo.
No sólo las peleas de hinchas de Millonarios con miembros de barras de otros equipos, llegando incluso al asesinato, son la faceta mas lamentable del crítico rostro de albiazul. Ya hasta hay peleas, también con asesinatos incluídos, entre las barras del mismo equipo. Es decir, tras de cagados, meados.
Sin embargo, las barras y los hinchas también son responsabilidad de los dirigentes del equipo, que en su estrechez mental no se han dado cuenta que es la hinchada y las barras las que hacen y mantien un club de fútbol, pues el fútbol es deporte y espectáculo, y la mitad del espectáculo lo ponen las barras en los estadios con los cantos, la lluvia de papeles y la fiesta que se arma cuando hay un partido.
Nunca ha habido un proyecto específico de las directivas de Millonarios para hacer un trabajo con las barras y que éstas también se vuelvan un patrimonio humano del club. En su inmensa mediocridad no se dan cuenta de los inmensos beneficios que se pueden lograr con un trabajo con las barras y los hinchas.
Sin estadio propio.
Que el equipo con la mayor hinchada de Colombia, el equipo mas popular de Bogotá, la capital del país, no tenga estadio propio es una vergüenza. Desde Ecuador hasta Argentina los equipos de fútbol mas populares tienen su propio estadio. Sobre éste aspecto tampoco las directivas tienen propuesta alguna, salvo un fútil intento de hace unos años, que no llegó a nada. No tener estadio ni una sede propia como se la merece un equipo como Millonarios es una vergüenza y un descaro.
¿Que hacer para cambiar esto?
¿Qué hacer?. ¿No ir al estadio?. Si no vamos al estadio la institución se hunde, y si vamos terminamos apoyando indirectamente los directivos corruptos.
Hay que exigir la inmediata democratización del equipo, que se vendan cuanto antes las acciones que están en poder del estado. Sólo con la democratización del equipo se podrá cambiar radicalmente el oscuro presente. La participación de los hinchas en la elección de las directivas y en las políticas del club, que van desde su aspecto administrativo hasta lo futbolístico, será la única real y radical solución para volver a hacer de Millonarios un verdadero club de fútbol y deportivo, para que vuelva a ser una gran institución.
Millonarios necesita un proyecto futbolístico que fomente y promocione a los jugadores bogotanos, un proyecto con el que el Club Deportivo Los Millonarios se involucre plenamente con la ciudad a través de la presencia de la institución en los barrios de la ciudad. Bogotá es una inmensa ciudad con miles de chicos y adolescentes que quieren jugar fútbol y en muchos casos no tienen dónde. Esntre esos miles de jóvenes jugadores estoy seguro que hay unos cuantos con gran talento que desafortunadamente está siendo desaprovechado por el club.
¿Cómo sacar al "Chiqui" García de Millonarios?.
No va a ser fácil, pero si se empeza a hablar de extinción de dominio y de una investigación seria, por parte de las autoridades, sobre el origen de los dineros de ese señor, en especial de los dineros con los que adquirió las acciones de Millonarios, su salida no puede estar lejana. Hagamos el esfuerzo con pancartas en el estadio, con cantos de la hinchada, con cartas y correos a los medios, a los periodistas. No puede ser que tengamos que ver cómo éste señor acaba con nuestro equipo.
¡Fuera el "Chiqui" Garcia de Millonarios!
5:29 de la tarde.
El Barrio Ricaurte está paralizado. La gente se aglomera en las calles. De las ventanas de las casas sale el sonido de los televisores y la radio, que retumba en las calles junto con la algarabía de la gente en las tiendas. El partido del Junior contra Millonarios, en Barranquilla, está a punto de terminar. En Bogotá, el Independiente Santafé mantiene el empate con el Atlético Nacional. Un golecito de Millonarios nos dará la treceava estrella.
El gol en Barranquilla no llega y el partido acaba. En Bogotá se juegan los últimos minutos. Si Nacional marca es campeón. Irónicamente los hinchas de Millonarios tenemos que hacer fuerza por Santafé, nuestro rival de patio. Los minutos son eternos. De repente se escucha un pitido y en el barrio resuena un grito de euforia: Santafé ha empatado con Nacional y Millonarios es de nuevo campeón. Las calles se llenan de gente que sale a celebrar. Yo me abrazo con mi tío y con mis amiguitos. Todos en el Barrio Ricaurte saltamos y gritamos, llenos de alegría "Campeón, Millos campeón". Eufóricos hacemos la cuenta de los títulos ganados por el más veces campeón de Colombia: "Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez, once, doce, ¡trece!" Hemos llegado a trece estrellas, trece campeonatos. "¡¡Trece, trece, trece!!", gritamos los pelaos. "¡¡¡¡Trece, 13, 13, 13, 13, 13, 13...!!!!!. ", número de la suerte. Trece, número maldito para Millonarios.
18 de diciembre de 2008
Mañana 18 de diciembre se cumplen 20 años del último título colombiano ganado por el Club Deportivo Los Millonarios. Veinte años del bicampeonato maldito que echó la corrosiva sal de la corrupción y el narcotráfico sobre nuestro glorioso club, por el que han pasado los grandes jugadores colombianos de todos los tiempos: Willington Ortiz, Carlos El Pibe" Valderama, René Higuita, Delio Gamboa, Otoniel Quintana, Alejandro Brand, etc, etc, y uno de los tres grandes del fútbol mundial: Alfredo Di Stéfano. Millonarios de Bogotá fué el primer club colombiano en ganar un título internacional, y es el único equipo colombiano que tiene una placa en Europa, en el estadio Sánchez Pizjuán del Sevilla.
Éste pasado glorioso se empañó con la llegada de los narcos a la directiva del equipo encabezados por Edmer Tamayo Marín, en 1983. En aquellos años Millonarios pasaba por una grave crisis económica y muchos de los dueños de las acciones se vieron obligados a venderlas a los "nuevos ricos" de entonces: lo narcos, que por aquellos días empezaron a ser aceptados en los altos círculos sociales, se codeaban con políticos y empresarios, y aportaban jugosos rendimientos a los capitales de las familias mas adineradas y de los apellidos mas rancios y distinguidos de la sociedad colombiana.
Los narcos se apoderan del fútbol colombiano.
Millonarios no fue el único de los grandes equipos del Fútbol Colombiano en caer en manos de los narcos. El América de Cali por entonces ya llevaba algunos años en las manos de los narcotraficantes vallunos, los hermanos Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela, que gracias a la plata del narcotráfico habían empezado a comprarle campeonatos sin la menor verguenza a "La Mechita" y a llenar de estrellas su corrupto escudo. El Atlético Nacional de Medellín había sido el pionero en tener entre sus dueños a los narcos, con el trístemente célebre Hernán Botero y sus sucesores, socios y testaferros de Pablo Escobar.
Los títulos de Millonarios de 1987 y 1988 fueron ganados bajo la sombra del juego sucio, la corrupción, la compra de partidos y jugadores, y las amenzas a los árbitros. Atlético Nacional, América de Cali y Millonarios de Bogotá se empecinaron en una desaforada lucha para ganar campeonatos a cualquier precio. La forma descarada como el América ganó los campeonatos de 1985 y 1986, ganando muchos partidos con los famosos "goles de penalty a los 45 minutos del segundo tiempo", y con los árbitros cargados a su favor sin el más mínimo recato, desató una competencia feroz entre los dueños en las sombras de éstos equipos en los campeonatos de los años siguientes, que concluyó con el asesinato del árbitro Álvaro Ortega, en Medellín, a finales de 1989, hecho por el cual ese año se canceló el campeonato de fútbol en Colombia.
Una vez leí en una Revista Cromos que el dueño de Millonarios en ese momento, el narcotraficante Gonzalo Rodríguez Gacha, había pagado cinco campeonatos para Millitos y sólo le habían dado dos, burlado por los Hermanos Rodríguez Orejuela, que tenían muchísimos amigos en el mundo del futbol. Muchos de éstos dirigentes aún hoy en día son dirigienes de equipos de fútbol y algunos hasta son dirigentes de la Federación Colombiana de Fútbol, como el Presidente de la Difútbol, Alvaro González, quien era el encargado de sobornar a los árbitros a nombre de los Rodríguez Orejuela. Al parecer, gracias a las argucias del técnico albiazul, Luis Augusto "El Chiqui" García, se logró la compra de árbitros y jugadores de los equipos rivales, ganándole el pulso a Alvaro Gonzalez.
De éstos tres equipos, América de Cali, Atlético Nacional de Medellín y Millonarios de Bogotá, fue mi adorado Millitos el que llevó la peor parte con la muerte de los primeros grandes narcos. América siguió bajo la égida oscura de los Rodríguez Orejuela, que siguieron comprándole campeonatos sin cesar; los dueños oscuros de Nacional, ahora bajo protección de los PEPES, también pudieron burlar los controles oficiales y mantener el equipo y comprar campeonatos, y luego vender el equipo a otro oscuro, el industrial Ardilla Lulle, que también le ha metido sus pesos a los árbitros. Millonarios, infelizmente, quedó en manos de testaferros y viudas de narcos y de una suerte de dirigentes que no han hecho mas que exprimir las arcas del equipo, a costa de la sufrida hinchada albiazul, la mayor hinchada de éste país.
Francisco Feoli, Jorge Franco y Luis Augusto "El Chiqui" García
Desde 1990 han desfilado por la junta directiva de Millonarios algunos de los más mediocres dirigentes y mayores corruptos del mundo de fútbol colombiano, hampones, doblemente mediocres, ladrones de cuello blanco entre los que se destacan tres personajes oscuros: Francisco Feoli, Jorge Franco y allí agazapado, Luis Augusto "El Chiqui" García.
Cada uno de ellos tiene en su haber buena cuota de la responsabilidad de que Millonarios no hubiera ganado campeonatos en los últmos 20 años. Cada uno de ellos ha sacado una buena tajada del equipo, se han llenado los bolsillos con la contratación de futbolistas dudosos y la venta, a precio de feria, de las grandes promesas surgidas de las divisiones inferiores.
En la etapa de Feoli los sufridos hinchas creímos que nada superaría el descaro de éste dirigente, que llenó el equipo de paquetes como Norberto Ortega Sánchez, Cuffaro Russo, Peter Mendes y la "gran promesa" Juan Carlos Niño. De esa etapa se salva el subcampeonato de 1994, campeonato ganado por Nacional.
Feoli robó hasta donde pudo y el equipo empezó a frecuentar el sótano de la tabla. En 1996 Jose María León asumió la Presidencia de Millonarios y la esperanza renació. Contábamos con un equipo de jugadores que prometía un futuro lleno de estrellas, como Fredy "El Muelas" León, John Mario Ramírez, y el gran jugador argentino Ricardo Lunari. En ese campeonato de 1996 fuimos los mejores en la final pero perdimos el campeonato con el Deportivo Cali, por un punto de bonificación y porque el Cali había sido el mejor en la reclasificación.
Al año siguiente, con la salida de Ricardo Lunari, el equipo se cayó y volvimos a frecuentar el sótano de la tabla. La contratación del técnico Francisco Maturana fue tan sólo una fugaz ilusión y Millonarios siguió cayendo en las plazas colombianas. De ésta etapa con León quedaron, sin embargo, unas divisiones inferiores organizadas de la que empezaban a surgir buenos jugadores. Sin embargo, no nos habíamos logrado librar de los dirigentes hampones.
En 1999 se logró exporpiar las acciones de Millonarios que estaban en manos de los narcos y sus testaferros. Poco a poco la institución empezaba a limpiar su nombre. A pesar de ésto, el descaro de Francisco Feoli fue ampliamente superado con la llegada de Jorge Franco a la Presidencia de Millonarios, también en 1999. En un momento en que el trabajo en las divisiones inferiores de Millonarios, impulsado por el anterior presidente, Jose María León, empezaba a dar sus frutos y surgía una prometedora generación de jugadores, que venían arrasando en todos los campeonatos de todas las categorías, los hinchas albiazules llegamos a ilusionarnos con una nueva y laureada etapa.
A finales del nuevo milenio Millonarios tenía una nómina deslumbrante con jugadores como Cristian Shomberger, Andrés Pérez, y la gran estrella de los últimos años: Andrés Chitiva. Infelizmente con la llegada del "Chiqui" García a la dirección técnica los sueños de un presente glorioso se desvanecieron.
A pesar del fútbol mediocre que practican los equipos de "El Chiqui" García, cuando permitía que las promesas de las inferiores jugaran juntos, Millonarios bailaba al equipo que le pusieran en frente. Los hinchas albiazules presenciamos y disfrutamos momentos de gran fútbol y excelente juego de nuestro equipo. Volvimos a vivir con claridad el sueño de la gloria futbolística. Todo era cuestión de tiempo para que ésta gran tripleta: Chitiva, Shomberger y Pérez se consolidara y diéramos de nuevo la vuelta olímpica.
Para los que quieran ver a éste maravilloso equipo en acción, a continuación pongo éste video, de la inolvidable tarde del 3 de mayo del 2001, cuando Millonarios derrotró 4 a 3 a Nacional en el Campín con una inmensa actuación de Andrés Chitiva:
MILLONARIOS 4 - NACIONAL 3
ESTADIO EL CAMPIN
3 DE MAYO DE 2001
ANDRES CHITIVA EN ACCION
ANDRES CHITIVA EN MILLONARIOS
LA GRAN ESTRELLA ALBIAZUL DE LOS ULTIMOS AÑOS
"REGALADO" AL PACHUCA POR EL PRESIDENTE DE MILLONARIOS JORGE FRANCO
Foto tomada de la web NUMERO DOCE
LA GRAN ESTRELLA ALBIAZUL DE LOS ULTIMOS AÑOS
"REGALADO" AL PACHUCA POR EL PRESIDENTE DE MILLONARIOS JORGE FRANCO
Foto tomada de la web NUMERO DOCE
Sin embargo el sueño pronto se desvaneció. Una vez ganada la Copa Merconorte en el año 2001, modesto título que presagiaba grandes logros en el futuro, entre Luis Augusto "El Chiqui" García y el presidente Jorge Franco desmantelaron el equipo, empezaron a vender a precio de ganga a nuestros mejores valores, echandose al bolsillo de forma escandalosa jugosas comisiones por la venta de estos jugadores. El mayor descaro fue la venta de Andrés Chitiva, regalado al Pachuca de México por 400.000 dólares, que en aquel momento representaban unos 800 millones de pesos. De esos 800 millones de pesos, Jorge Franco se apropió de 400 millones, argumentando que correspondian a "la comisión" por la venta del jugador, de la que también sacó su tajada "El Chiqui" García.
Los hinchas creímos que con la salida de Franco las cosas mejorarían, y que con un nuevo impulso en las divisiones inferiores pronto Millonarios volvería a la gloria. El fervor de los hinchas que acudíamos en notable cantidad a los partidos nos hizo creer que estábamos ante un nuevo comienzo. Pero no fue asi. Franco le vendió las acciones al "Chiqui" García y así se terminó de joder el equipo.
Por eso, con todo el dolor de mi alma de hincha albiazul, y con lágrimas en los ojos, los hinchas de Millonarios les dedicamos y cantamos éste canto a los corruptos que se han robado y se siguen robando a Millonarios.
SENTIMIENTO MILLONARIOS
CANTO DEDICADO A JORGE FRANCO, LUIS AUGUSTO "EL CHIQUI" GARCIA, A JUAN CARLOS LOPEZ, PRESIDENTE DE MILLONARIOS, Y A TODA LA DIRECTIVA DE MILLONARIOS
De derrota en derrota hasta el lamentable presente
Ya son veinte años sin ganar un campeonato. Es decir, los miles de jóvenes hinchas de Millonarios de veinticinco años para abajo no saben lo que es celebrar un título, jamás han visto a su equipo dar una vuelta olímpica. Esto es triste y lamentable.
En éstos últimos años "El Chiqui" García, que no sale de las instalaciones del club, al que considera "de su propiedad" ya que es su mayor accionista, se ha encargado de torpedear cualquier intento de reforma o reestructuración. El actual presidente de Millonarios, Juan Carlos López, expolítico como lo era Jorge Franco, es una marioneta del "Chiqui" García, a cuenta de llenarse los bolsillos con las transferencias de jugadores.
Las divisiones inferiores de Millonarios desaparecieron y ahora están en sus manos, a cargo de su "escuela de fútbol", por la cual Millonarios le paga al menos 15 millones de pesos mensuales. ¿A cambio de que?. A cambio de nada, porque de la tal escuela de fútbol del Chiqui García no a salido ni un sólo jugador que valga la pena.
No deja de ser una ironía que el técnico que logró los dos últimos títulos de Millonarios sea hoy en día el cáncer que está acabando con ésta querida institución. Los dos campeonatos logrados bajo su dirección técnica, en una época oscura para el fútbol colombiano, se han convertido en dos campeonatos malditos, porque desde entonces este nefasto personaje, Luis Augusto "El Chiqui" García no se va de Millonarios.
Porque el "Chiqui" García se ha encargado de impedir que los técnicos que han llegado triunfen o generen un proceso futbolístico que lleve a Millonarios a la cumbre. Como sucedió con el técnico Juan Carlos Osorio, técnico que el "Chiqui" García calificaba como "un recreador de jugadores" y cuyo trabajo se encargó de obstaculizar y torpedear. Ese "recreador" ha sido el único técnico que ha clasificado dos veces a Millonarios a las finales y lo ha tenido al borde de la clasificación de la Gran Final, ocasiones en que, extrañamente, el "Chiqui" García ha aparecido rondando los hoteles de las concentraciones, y hablando con los jugadores, que, misteriosamente, al día siguiente se dejaban derrotar.
Entre la hinchada se sabe que Luis Augusto "El Chiqui" García manipuló y compró a los jugadores, con dinero y promesas, si impedían que Osorio ganara un título con Millonarios. Juan Carlos Osorio siempre fue una molestia porque jamás se dejó imponer los jugadores de la cuerda de "El Chiqui" García ni pedía los jugadores que "El Chiqui" quería, y por los cuales éste personaje, "El Chiqui", recíbía comisiones. Después de Osorio solo han venido técnicos manipulables con grandes fracasos como resultado.
Hoy estamos de nuevo eliminados de la final. A los errores del técnico Héctor Quintabani, que se le ocurrió poner al arquero Oscar Córdoba, que provenía del Deportivo Cali con un record nefasto (cuando contábamos con un gran y jóven arquero que estaba en gran forma: José Cuadrado), hay que sumar la racha de "errores" arbitrales y la falta de jugadores con verdadero amor a la camiseta. Millonarios se ha convertido en un refugio de jugadores mercenarios, que en el pasado brillaron en otros equipos, y que llegan a Bogotá a ganarse salarios astronómicos y a posar de figuras.
De las divisiones inferiores nada se puede decir, salvo que no existen. Millonarios está a punto de dejar de ser "El equipo más veces campeón del Fútbol Colombiano", la gloria se diluye en el recuerdo mientras dirigentes como Juan Carlos López o Luis Augusto "El Chiqui" García se siguen llenando los bolsillos.
Los Comandos Azules y las barras: tras de cagados, meados.
Desafortunadamente la crisis del equipo también ha tocado a los Comandos Azules y a las barras aledañas. En lugar de organizarse como barra, crear cantos propios y una identidad como hinchada albiazul, los Comandos Azules y las barras aledañas se han limitado a copiar los cantos argentinos y a hacer de la violencia la única expresión de apoyo al equipo.
No sólo las peleas de hinchas de Millonarios con miembros de barras de otros equipos, llegando incluso al asesinato, son la faceta mas lamentable del crítico rostro de albiazul. Ya hasta hay peleas, también con asesinatos incluídos, entre las barras del mismo equipo. Es decir, tras de cagados, meados.
Sin embargo, las barras y los hinchas también son responsabilidad de los dirigentes del equipo, que en su estrechez mental no se han dado cuenta que es la hinchada y las barras las que hacen y mantien un club de fútbol, pues el fútbol es deporte y espectáculo, y la mitad del espectáculo lo ponen las barras en los estadios con los cantos, la lluvia de papeles y la fiesta que se arma cuando hay un partido.
Nunca ha habido un proyecto específico de las directivas de Millonarios para hacer un trabajo con las barras y que éstas también se vuelvan un patrimonio humano del club. En su inmensa mediocridad no se dan cuenta de los inmensos beneficios que se pueden lograr con un trabajo con las barras y los hinchas.
Sin estadio propio.
Que el equipo con la mayor hinchada de Colombia, el equipo mas popular de Bogotá, la capital del país, no tenga estadio propio es una vergüenza. Desde Ecuador hasta Argentina los equipos de fútbol mas populares tienen su propio estadio. Sobre éste aspecto tampoco las directivas tienen propuesta alguna, salvo un fútil intento de hace unos años, que no llegó a nada. No tener estadio ni una sede propia como se la merece un equipo como Millonarios es una vergüenza y un descaro.
¿Que hacer para cambiar esto?
¿Qué hacer?. ¿No ir al estadio?. Si no vamos al estadio la institución se hunde, y si vamos terminamos apoyando indirectamente los directivos corruptos.
Hay que exigir la inmediata democratización del equipo, que se vendan cuanto antes las acciones que están en poder del estado. Sólo con la democratización del equipo se podrá cambiar radicalmente el oscuro presente. La participación de los hinchas en la elección de las directivas y en las políticas del club, que van desde su aspecto administrativo hasta lo futbolístico, será la única real y radical solución para volver a hacer de Millonarios un verdadero club de fútbol y deportivo, para que vuelva a ser una gran institución.
Millonarios necesita un proyecto futbolístico que fomente y promocione a los jugadores bogotanos, un proyecto con el que el Club Deportivo Los Millonarios se involucre plenamente con la ciudad a través de la presencia de la institución en los barrios de la ciudad. Bogotá es una inmensa ciudad con miles de chicos y adolescentes que quieren jugar fútbol y en muchos casos no tienen dónde. Esntre esos miles de jóvenes jugadores estoy seguro que hay unos cuantos con gran talento que desafortunadamente está siendo desaprovechado por el club.
¿Cómo sacar al "Chiqui" García de Millonarios?.
No va a ser fácil, pero si se empeza a hablar de extinción de dominio y de una investigación seria, por parte de las autoridades, sobre el origen de los dineros de ese señor, en especial de los dineros con los que adquirió las acciones de Millonarios, su salida no puede estar lejana. Hagamos el esfuerzo con pancartas en el estadio, con cantos de la hinchada, con cartas y correos a los medios, a los periodistas. No puede ser que tengamos que ver cómo éste señor acaba con nuestro equipo.
¡Fuera el "Chiqui" Garcia de Millonarios!
Admiro su dedicación y compromiso con su (nuestro) equipo, como siempre ... muy completo e ilustrativo.
ResponderBorrarDudo que con pancartas y desafinados cantos saquen al chiqui, mas bien por el lado de las denuncias (denunciando en serio), investigaciones y eso tal vez haya alguna esperanza.
PD
Siempre me han parecidos patéticos esos cantos copiados de las barras argentinas. Qué pobreza mental, aunque no es que se le pueda pedir mucho a los hijos de la generación MTV. Pero les tengo fé como para crear algo original, al menos.
Gracias por el comentario. La situación es triste, y mas si el América gana la treceava estrella. Como hincha de Millonarios me quedará el consuelo de que las primeras once estrellas de Millonarios fueron limpias, en cambio el América si acaso tiene dos limpias.
ResponderBorrarjeje ojala el pirata escriba un articulo sobre la situacion actual del club, parece que esta vez las cosas si pintan muy bien
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